sábado, 18 de octubre de 2008

MASCOTAS OLÍMPICAS

AMIK (MONTREAL 76)

Estuve varias horas sin decantarme: ¿es una rata o una montera peluda para poder torear en diciembre en la Plaza de toros de Burgos? Pues ni una cosa ni otra; Amik es un castor. O en la Canadá de los años 70 hablar de merchandising era como predicar en el desierto o es que los niños de allí son así de raritos y ya tenemos una explicación para lo de David Cronemberg.





IZZY (ATLANTA 96)

Pero en qué fumadero de crack sureño se pudo perpetrar tamaño despropósito. La mascota más fea de todos los tiempos. Lo tiene todo: mirada alucinada, cola viperina, zapatillas de camello mayorista y las cejas de Zapatero. Como para no doparse.



MISHA (MOSCÚ 80)

Anda que se devanó mucho los sesos el bueno de Viktor Chizhikov (el padre de la criatura) cuando le encargaron la mascota para las olimpiadas de Moscú 80. Un puto oso de peluche. Para mandarlos a Siberia a invernar los dos. Estoy por pensar que las autoridades soviéticas intentaron hasta el último momento que los Juegos careciesen de mascota, por aquello de ser un símbolo decadente del capitalismo, y que al final, con las prisas, le robaron el primer peluche a un niño de la calle y le plantaron el cinturón con las anillas.




SAM (LOS ÁNGELES 84)


De las Olimpiadas directo a las oscuras estanterías de un bazar de chinos. En plena fiebre del diseño ochenteno, los usacas parieron este despropósito estético y moral.



ATHENA Y PHEVOS (ATENAS 2004)

Monstruosos. Lo bueno es que también sirven como mascota para los paraolímpicos. Es como ver a Fido-Dido de ácido.