Si existe una imagen recurrente en las fiestas de Semana Santa, esta es la de los famosos que se dedican en cuerpo y alma a la ingrata labor de costaleros. He seleccionado a mis cinco porteadores favoritos.
José María Del Nido: Un hombre que ha elegido el “via crucis” como estado natural del alma. Al presidente del Sevilla todo lo que suponga mal rollo, dolor y penitencia le pone. Incapaz de disfrutar ni un segundo de su existencia, se aplica en estas labores con el mismo sosegado fervor con el que asiste a los triunfos de su equipo. Eterno insatisfecho, se trata del único turista de todo el planeta tierra que no viajó a Filipinas en busca de sexo con menores de edad o éxtasis, sino para que le crucificaran en vivo. Por cierto, siempre que veo una foto de este sociopata hablando por el teléfono móvil, no puedo dejar de pensar que se está chivando de algo. ¿No les pasa lo mismo a ustedes?
Pipi Estrada: Con gente como él formando parte de las cofradías, no me extraña que las procesiones de las imágenes sea una actividad imposible de llevar a cabo de forma mixta. ¿Os imagináis a Pipi oculto a los pies de la imagen con el culo de una tía delante suyo? Lo que iba a tardar el periodista deportivo en saltarse la cuaresma e hincarle el diente a la pobre muchacha.
José María Caparrós: Un fanático para todo. La vida en pareja con este exaltado debe ser de lo más solazada para su parienta. Un hombre que ha declarado repetidas veces que los únicos temas de conversación que ha desarrollado a lo largo de su vida son el fútbol y la fe, sí que debe suponer un verdadero calvario para su familia y amigos. Lo veo perfectamente capaz de motarle un pollo al jefe de estudios del instituto de sus hijos porque este se niega en redondo a que los niños pasen de curso al haber aprobado únicamente las asignaturas de Educación Física y Religión.
Federico Trillo: Cachondo irredento. Me juego el cuello a que el ex ministro hace imitaciones de Judas Iscariote adoptando el tono de voz de Alfonso Guerra mientras desarrolla las labores de costalero.
Pepe “el marismeño”: El ex de Carmina es un milagro es sí mismo. Las facciones de su rostro han ido mutando de forma portentosa tras someterse a un tratamiento de desintoxicación de la farlopa. Ha pasado de parecer un cristo a tener la misma fisonomía que una imagen de la Virgen María de cualquier iglesia de Jaén. Vamos, que estoy seguro que las tres apariciones marianas que asegura haber tenido Sánchez Dragó eran Pepe “el marismeño” con una mantilla en la cabeza.
3 comentarios:
Muy adecuada selección. No sé si sabe que Pipi es costalero en Málaga desde su affair con Terelu. No anda usted desencaminado en sus suposiciones: indelebles en mi memoria permanecen las lúbricas miradas que le madaba a la mayor de las campos, en lo alto de su balcón, desde debajo del paso.
Por lo demás, sólo echo de menos a Lopera. Para ponerlo al lado de Del Nido, claro.
Es mucho mejor tu versión de The Eye, dónde va a parar.
pd. Pensé que harías alguna reseña de ese escarnio llamado "Seda".
Pepe el Narizmeño es un crack, y punto!
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