miércoles, 12 de marzo de 2008

PACO MARTÍNEZ USA



Cuando Orson Welles aseguraba que todas las facetas del drama ya habían sido explotadas por Esquilo, en realidad estaba hablando de lo difícil que resulta ser original. Desde sus albores, Hollywood ha echado mano de toda una serie de arquetipos, buceando en las aguas de la mitología griega y romana, las santas escrituras o el teatro isabelino. De ahí que el diseño de los personajes, los giros de las tramas y la omnipresente figura del protagonista como redentor, vengador y mártir hayan sido la tónica general en las historias paridas desde la meca del cine. Pero a finales de los años 70, los chicos de Hollywood se pusieron manos a la obra y centraron su atención en un fenómeno que estaba teniendo lugar en nuestro país: la conocida comedia celtibérica. Aquella oda a la masculinidad regada con los valores “de toda la vida” no pasó inadvertida para los magnates hollywoodienses, quienes se preguntaron si ese modelo sería o no exportable, si serían capaces de dotar con un cariz universal aquellas historias con las que tanto disfrutaban nuestros abuelos. Para ello, eligieron la figura del innegable rey de la comedia desarrollista de nuestro país: Paco Martínez Soria.
Estas fueron algunas de las películas que surgieron a la luz de tan brillante idea:

LOST IN TRANSLATION / LA CIUDAD NO ES PARA MI: Nadie me puede negar que la segunda película de Sofia Coppola (o Coppiola, como prefieran) es un descafeinado remake de este clásico numantino de 1965. Los vagabundeos de Don Agustín (protagonista que desentona en un hábitat deshumanizado a causa de la feroz tecnología) por esa gran urbe hostil que es el Madrid de los sesenta son hermanos gemelos de los representados por el soseras de Bill Murray y la pánfila de Scarlett Johansson. Aunque entiendo que las traslación llevada a cabo por los yankis desnaturalizó por completo el espíritu de su predecesora; pues a buenas horas iba nuestro afable Don Agustín a pasar por alto tanta tontería, tal cantidad de “popor” de niño bien y tanto bañito en la piscina del hotel como aprueba el idiotizado personaje de Murray. Don Paco Martínez Soria no hubiera despegado la palma de su mano derecha del muslo izquierdo de la Johansson ni para llamar a un taxi; le habría aplicado una friegas a la prostituta del hotel de no te menees; ni de coña hubiera probado un solo plato de la gastronomía del lugar y le habría soltado un sopapo de padre al presentador de la televisión nipona que hubiera pasado a los anales de la historia; por no mencionar el comportamiento que hubiera tenido nuestro ídolo en la fiesta de karaoke.


UN DÍA DE FURIA / DON ERRE QUE ERRE: El meta-rebote que coge Michael Douglas por dos chorradas que te cagas: pillar un atasco en Los Ángeles en plena hora punta, y que la hamburguesa de su almuerzo no se parezca en nada a la publicitada en el cartel del establecimiento; tan sólo tiene un nombre: cabreo de maño. La historia del autónomo de toda la vida hastiado del mundo, aferrado a la tradición, enemigo de las burocracias y extremadamente sensible ante cualquier injusticia que sufra su persona, siempre ha sido parte de nuestro patrimonio. Las analogías existentes entre ambos personajes son para dejarle a uno espantado; ya que, en ambas cintas, tanto Douglas como Martínez Soria justifican con un mismo eje ideológico su comportamiento, utilizando un similar y peregrino argumento: es una cuestión de principios.

SRA. DOUBTFIRE “PAPÁ DE POR VIDA” / LA TÍA DE CARLOS: Mucho antes de que a Dustin Hoffman, Robin Williams o Eddie Murphy les diera por interpretar a señoras, nuestro actor ya llevaba varios títulos a sus espaldas en los que, con la simple ayuda de una peluca despeinada y desprovisto de cualquier tipo de maquillaje, conseguía engañar a toda la familia con sus pulcros y serafines ejercicios de transformismo. No me puedo ni imaginar de lo que habría sido capaz nuestro maño de oro si hubiera podido disfrutar de toda esa plétora de efectos especiales que respaldó a todos esos actorzuelos de hollywood, quienes con mucha menos gracia y convicción se hacían pasar por inocentes señoras de mediana edad gozando de un sinfín de medios.



2 comentarios:

ninive drake dijo...

Totalmente de acuerdo, deberóias explotar más esa faceta visionaria, tienes un tercer ojo como Lobsang Rampa?

saludos

Anónimo dijo...

A mí lo que me hace gracia de él es que es un hombre que siempre ha sido viejo. esa clase de individuo que siempre tiene la misma edad, como Saza. ¿alguien a visto a don Paco de joven? ¡se supone que hizo pelis hasta en los años 30!