Uno de los estrenos del año, sin ninguna duda. JCVD provocará los habituales planes de rescate de la filmografía de este reparte hostias, suscitando con ello que un torrente de alucinados quiera ver oro donde antes sólo había mierda. De su extensa filmografía rescataría, a lo sumo, esa salvajada que era "Soldado Universal", la maravillosa epopeya terrorista sobre el hielo que era "Muerte súbita", y los 15 primeros minutos de "Blanco Humano". Lo demás, no sirve ni para un mal zapping. También tengo que admitir que el exotismo paleto de las películas que ha dirigido me resulta de lo más simpático, pero no flipemos. Ahora que ya me he separado del mamoneo rampante que aflorará a lo largo de este mes, califico a JCVD como una obra maestra.
Esto es lo que demandábamos todos los amantes del poliziesco desde hace años. Una sociedad como la del sur de italia tiene, por fuerza, que contar historias que dejen a The Wire y sus aledaños en cuentos para niños. En Brasil ya han tomado nota con un par de obras maestras como son "Ciudad de Dios" y "Tropa de Elite". Como a nosotros no nos salen estas pelis, nos conformamos con que las hagan los hijos de Troya de siempre.
Los demás estrenos de la semana ni tan siquiera suscitan en mi el insulto o la mordacidad. Los resumiré con una pincelada.
Dos actores feos y gordos que se van de thriller político como el que se va a merendar a la pinada. Lamentable. Ridley Scott jamás ha existido.
Un jubilado que se aburre y quiere mandar al paro a más de 3.000 empleados de una central térmica. Cine de barrio progre.
Otra más.
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